La piel de los animales puede convertirse en una hermosa pieza de cuero que luego podrás utilizar para confeccionar todo tipo de artículos, como zapatos o prendas de vestir, e incluso como elemento decorativo en un tu hogar. Lograrlo, requiere de la implementación de una serie de técnicas que te permitirán obtener una pieza flexible, pero que conserve la calidad, resistencia y belleza de este material, que además de duradero, será un lienzo en el que podrás poner a prueba tu creatividad.
El proceso es un poco largo e incluye la utilización de sustancias químicas y minerales, pero no es imposible. Veamos en qué consiste el proceso de curtir, en este caso, el cuero de vaca, o cuero vacuno, uno de los más usados, por su resistencia, durabilidad y belleza.
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Proceso de curtir
Lo primero es separar la carne y la grasa de la piel. Esta parte del proceso se conoce como raspado y evita que se produzca la putrefacción, lo cual ocasionaría la pérdida total de la pieza. Colócala sobre una superficie en la cual puedas mantenerla en su lugar, en una viga o sobre una lona sobre el suelo. Con un cuchillo filoso retira todo rastro con rapidez, pues si demoras demasiado, el proceso de descomposición se iniciará en pocas horas y se romperá durante los pasos siguientes del curtido. Hazlo con cuidado para evitar cortes y perforaciones innecesarias.
Luego debes lavar la pieza, principalmente con agua y jabón. Este último, preferiblemente preparado con sustancias naturales que te ayuden a librar de sucio, sangre y otras impurezas, pero sin ser abrasivo. Deja secar la pieza durante los días necesarios, pues debe estar libre de humedad para iniciar el proceso de curtido.
Realiza unos agujeros en los bordes de la pieza y con una cuerda sujétala, de manera que quede lo suficientemente tensa ayudándote con un bastidor especial. La idea es que quede bien estirada para evitar arrugas y puedas aprovechar de la mejor manera la pieza de cuero, pues su tamaño estará determinado por el grado de estiramiento que tenga.
Esta parte del proceso podría durar hasta más de una semana, dependiendo del clima y el lugar donde realices el curtido. Luego, podrás retirar todo el pelaje, con un cuchillo, preferiblemente de acero, que tenga la punta redonda y un mango que te permita hacerlo con mayor comodidad. Hacerlo correctamente te garantizará que la pieza absorba de manera uniforme la sustancia química que se utiliza para el curtido.
El cuero de la vaca, generalmente tiene un pelaje corto y pegado a la epidermis, aunque deberás tener mucho cuidado en el área del abdomen, pues en esta zona del animal, la piel es de menor espesor y existen riesgos de rasgaduras.
Para el curtido puedes utilizar elementos naturales del propio animal como sustancia. Para ello, puedes usar los aceites que emanan de su cerebro, que funcionan perfectamente. Cocina el cerebro con una taza de agua. El órgano debe desintegrarse con el calor completamente, hasta que parezca una sopa. Licúalo a velocidad de manera que no tengo pedazos grandes y aplícale esta mezcla a la piel, humedeciéndola previamente y frotando con vigorosidad para que penetre bien la sustancia.
Colócala de nuevo estirada sobre el bastidor y déjala secar. Ya en ese momento podrás ahumarla de lado y lado y estará lista para utilizarla para tus propias creaciones. Suerte y Anímate!!