El cuero obtenido de la piel de los animales siempre ha estado presente en los hogares y en la vida cotidiana, como material que ha sido muy utilizado para la confección de ropa, muebles, accesorios u otros usos.
Para que pueda mantenerse como el primer día, es importante que le brindemos el cuidado adecuado, así como el mantenimiento necesario para que con el paso de los años y el uso no pierda su calidez y belleza natural. Si deseas saber cómo mantener nutridos tus artículos de cuero, no te pierdas esta publicación, aprenderás a hacerlo fácilmente y sin gastar mucho.
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Evita que tu pieza de cuero se dañe
Para evitar que tu pieza de cuero se dañe, debes procurar que no esté expuesta a los rayos de sol directos ni tampoco a fuentes de calor de manera prolongada. Hacerlo resecará la piel, lo cual la hace muy propensa a dañarse y agrietarse. Esto no quiere decir que si hay sol no puedas usar tu prenda de cuero, lo que si debes evitar es colocarla cercana a fuentes de calor, como calefacción.
Otro consejo es evitar que la prenda de cuero, reciba capas y capas de polvo sin ser sacudido con regularidad. El contacto prolongado con estas partículas lo resecará y agrietará fácilmente. Si vas a guardarla por una temporada relativamente larga, la recomendación es que la cubras con una funda o cobertor de ropa, para evitar que se empolve y preferiblemente dentro de un armario, libre de humedad. Si se trata de otro tipo de artículos como muebles o tapicería, te recomendamos que la limpies con regularidad para que el polvo no se acumule.
Procesos para nutrir el cuero
Para proceder a nutrir el cuero de ti u prenda, lo primero es mantenerlo limpio. Para ello, debes retirar cualquier partícula de polvo con un paño o gamuza fina, para evitar ralladuras. Nunca uses cepillos de cerdas fuertes o cualquier otra herramienta que pueda dañarlo.
Si quieres hidratarlo, puedes usar productos especiales para cuero, pero ten cuidado de utilizar sustancias abrasivas que sean demasiado fuertes para la piel. Estos productos le otorgan a la pieza una película que no es perceptible al tacto, pero que si la mantendrá protegida de agentes externos. Aplícala en pequeñas cantidades y frotando de manera circular. Luego usa un paño suave para darle un acabado brilloso.
Cremas hidratantes para el cuero
Las cremas hidratantes que usamos para el cuidado corporal son muy útiles para mantener nutridas tus piezas de cuero. Si es del tipo neutro y sin mucho aroma, son ideales. La dejará brillante y como nueva. Frota la pieza con un paño limpio de suave textura y pásala de manera uniforme. Si lo haces dos veces al año, será suficiente.
Recuerda también que no todos los tipos de cuero se limpian igual. Si se trata de cueros gamuzados es importante que uses productos especiales para ello, pues de lo contrario la dañaras.
Pero si se trata de una pieza de cuero natural o sin tratar, limpiarlas con un paño de microfibra, apenas humedecido con agua con jabón neutro, será lo ideal. No restriegues demasiado, ni siquiera en las áreas donde pueda haber manchas, pues eso puede causar que la piel se resienta y cambie de color.
De esta manera podrás disfrutar de tus piezas de cuero por mucho más tiempo y bellas como el primer día.