El cuero obtenido de la piel de cierto tipo de animales para la confección o fabricación de piezas de este material, ya sea para vestido, accesorios o mobiliario, presenta determinadas características que están sujetas a ciertos aspectos relacionados con su procedencia, proceso de curtido y a dónde pertenece la piel, si es aquella que se encuentra en el área más externa del animal o por el contrario, interna.
Grano Completo o Grano Superior son dos de los términos que clasifican el cuero. En esta última clasificación a la pieza se le extrae una capa de piel de la superficie para luego lijar cualquier imperfección que pueda presentar. Esto la convierte en una piel mucha más fina y delgada y con mayor flexibilidad. Al tacto, es más sedosa y si este procedimiento es realizado por manos expertas, puede convertirse en un cuero con características de aún mayor resistencia que el cuero de grano completo, con la única diferencia de que no desarrollará la reconocida patina, perceptible en el cuero de gran completo.
En todo caso, al momento de adquirir una prenda de cuero, podrás determinar si este ha sido o no alterado o si es genuino conociendo algunos consejos muy sencillos que daremos a continuación. Sin embargo, en la etiqueta de la prenda, deberá identificar si es “cuero genuino”, pues de serlo es lo más económico y menos duradero. Hay otros tipos de cuero que forman parte de este clasificación, como el cuero de grano dividido que se obtiene de cortes en la piel interna, por lo que como está escondido del exterior no tiene ningún tipo de marcas o daños y casi siempre se utiliza combinado con una lámina de cartón, muy común en la fabricación de monederos, cinturones o carteras.
Sin embargo, más allá de lo que aparezca en las etiquetas de los productos, hay formas de que podamos determinar si un cuero o no es genuino, y si no confiamos en lo que apreciamos o tocamos, hay una máxima que no se equivoca y es que si es de buena calidad, este debe oler bien. Además, en el caso de una pieza confeccionada o fabricada con cuero de grano superior, debemos tener claro que este es obtenido de una capa más interna que el cuero de grano completo y que todas las imperfecciones que son perceptibles son lijadas durante el curtido, estampándose granos falsos o de imitación. Es por ello que este tipo de cuero será más grueso al tacto y con una sensación más a plástico que el otro, aunque eso le suma durabilidad y economía.
No obstante, si tu obsesión es lograr no ser timado con vendedores de piezas de cuero falsas, te damos algunos consejos para convertirte en un experto. Lo primero, tócalo, si lo sientes flexible, liso y suave es muy posible que se trate de cuero genuino, pues el falso o con visos de plástico, es mucho más frío y rígido. Si es cálido, es muy probable que sea cuero.
También, fíjate que tan elástico es. En el cuero genuino la capacidad de estirarse de la pieza es perceptible y si cuando presionas se hacen pequeñas arrugas, a diferencia del sintético que se mantiene duro y no cede a presión.
También, dale vuelta a la pieza, si al hacerlo se ven pelusas, es muy probable que sea genuina. Así como si cuando rascamos con la uña, se levanta una fina capa de restos de partículas. Esto no ocurre en cueros falsos. Y finalmente, huélela, siente su aroma, si te transporta a lo natural, al moho, al campo, es verdadero cuero, este consejo, casi nunca falla.