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Cuero de Jirafa – Piel de jirafa
La piel de jirafa tiene la misma estructura histológica general que la de otros mamíferos, pero hay características notables.
La piel está fuertemente pigmentada con la epidermis, los canales pilares y la capa celular externa del conducto apocrino ricamente melanizada. Además, las células dendríticas melanóticas se encuentran frecuentemente en las glándulas sebáceas, en toda la longitud de la vaina de la raíz externa y en los túbulos secretorios de las glándulas apocrinas.
La piel es gruesa, posee un dermis papilar que se abre por debajo de los espirales secretorios de las glándulas apocrinas y los bulbos de los folículos pilosos y una capa reticular igualmente gruesa debajo de estas estructuras.
Los folículos pilosos no crecen en grupos, y con algunas variaciones regionales, tienen asociadas glándulas sebáceas, glándulas apocrinas y músculos arrectores pilorum. Sólo los pelos grandes tienen una médula prominente. En regiones como: párpados, nariz, labios, las apocrinas se rodean de nervios que reaccionan a la colinesterasa, pero las glándulas de la superficie general del cuerpo no lo están.
Los únicos receptores nerviosos especializados son los órganos finales de los folículos pilosos que se encuentran en cada pelo de los párpados, la nariz y los labios, pero raramente en otros lugares.
Variaciones en el espesor y la composición del cuero de jirafa
Este estudio examinó la piel de dos jirafas macho de uno o dos años y un varón adulto, determinando el grosor de la piel y la estructura histológica con referencia a su funcionamiento como componente de las características requeridas para el mantenimiento de la presión sanguínea, la armadura dérmica o la termorregulación. Se ha argumentado que una piel tensa que rodea las extremidades de la jirafa ayuda al movimiento del fluido contra la gravedad, impidiendo así la acumulación de sangre y fluido tisular (edema), pero la piel también se ha visto implicada en las capacidades de termorregulación y la anatomía defensiva de muchas especies de mamíferos.
En una de las jirafas más jóvenes, se analizó la mitad de la piel y se midieron cerca de 170 sitios. En las otras jirafas jóvenes y adultas se realizaron pruebas puntuales para confirmar el patrón observado en el individuo completamente analizado. Se descubrió que la piel variaba en grosor en todo el cuerpo y dentro de las regiones del cuerpo.
La evaluación histológica reveló que la piel era mayormente colagenosa, aunque también se observaron interesantes patrones de densidad de fibras elásticas. La piel del cuello y las piernas exhibía una morfología que podía ayudar a la regulación cardiovascular del flujo sanguíneo hacia y desde la cabeza y las piernas, y la piel del tronco y la parte anterior del cuello tiene la posibilidad de funcionar en un papel protector. Los análisis realizados no pudieron añadir ningún dato nuevo sobre la función termorreguladora ya descrita para la piel de jirafa.
Comprender una enfermedad de la piel que es peculiar de las jirafas
Hace dos años, el estado de conservación de las jirafas se redujo de «menos preocupante» a «vulnerable» después de que se descubriera que la especie había disminuido en un 40% en los últimos 30 años.
Las poblaciones de jirafas están en gran medida amenazadas por las actividades humanas. Entre ellas figuran la pérdida y fragmentación del hábitat, los disturbios civiles, la caza ilegal, la caza furtiva y el cambio climático.
Protegerlas se ha convertido en una prioridad. Esto es particularmente cierto en África oriental, donde se estima que vive el 55,2% de las 100.000 jirafas restantes que viven en estado silvestre en África. Se concentran principalmente en Kenya, Tanzanía y Uganda.
Nuestra investigación identificó otra amenaza, una enfermedad conocida genéricamente como la enfermedad de la piel de la jirafa. La enfermedad se caracteriza por grandes lesiones de color marrón grisáceo que se forman en varias partes del cuerpo de una jirafa. Realizamos nuestra investigación en 2014 y para 2015 la enfermedad de la piel de las jirafas se registró en siete países africanos: Kenya, Uganda, Tanzanía, Namibia, Botswana, Zimbabwe y Sudáfrica. La enfermedad es más frecuente en África oriental, donde afecta al 86% de las jirafas del Parque Nacional de Ruaha, en Tanzania.
La enfermedad puede estallar en diferentes partes del cuerpo de una jirafa dependiendo de donde se encuentren. Por ejemplo, en Tanzania las piernas de las jirafas se ven afectadas, mientras que en Uganda tiende a ser el cuello y los hombros.
No pudimos establecer si la enfermedad era mortal. Pero las jirafas son vulnerables a los depredadores al tener lesiones que dificultan la huida..
Nuestra investigación reveló que la enfermedad de la piel está más extendida de lo que se pensaba inicialmente y que se necesita más investigación sobre la conservación. La enfermedad se describió por primera vez en Uganda en 1994 y en Tanzanía en 2000. Sin embargo, sólo recientemente los investigadores han comenzado a estudiarla en detalle.
Amenazas que padecen las jirafas
Las jirafas se enfrentan a riesgos sin precedentes, ya que la región experimenta algunas de las tasas de crecimiento de la población humana más rápidas del mundo. Una de las consecuencias será probablemente la caza de subsistencia. Según las organizaciones de conservación del sur de Kenya, si un cazador furtivo consigue vender carne y partes de una sola jirafa, el retorno puede alcanzar un mínimo de 1.000 dólares. Esto es suficiente para comprar una motocicleta.
En el norte de Tanzania, las partes de jirafa se utilizan en la medicina tradicional. Y se cree incorrectamente que la médula ósea y el cerebro de la jirafa curan el SIDA.
Flechas, lanzas y rifles venenosos se usan para matar jirafas. Sin embargo, las herramientas más comunes que se utilizan son las trampas de alambre adheridas a los árboles. Estas típicamente capturan a las jirafas alrededor de sus cuellos o piernas. En zonas como el Parque Nacional de Murchison Falls, en Uganda, las jirafas no son necesariamente el objetivo previsto cuando son atrapadas en las trampas.
Se ha informado de que la enfermedad de la piel de las jirafas está causada por un gusano parásito, pero no se ha identificado la especie específica del gusano. La gravedad de las lesiones se complica aún más por las infecciones fúngicas secundarias. Si bien la forma grave de la enfermedad restringe el movimiento de las jirafas, muy pocos estudios han examinado la causa exacta de la enfermedad y sus efectos fisiológicos. Además, todavía no está claro si la enfermedad conduce a la mortalidad.
A medida que los seres humanos y la fauna silvestre interactúan más con la creciente invasión de los hábitats de la fauna silvestre, debería haber una mayor atención a las enfermedades de la fauna silvestre. La comprensión de los efectos de estas lesiones de enfermedades cutáneas ayudará sin duda a avanzar en la conservación de las jirafas, ya que el papel de las enfermedades en la disminución de las poblaciones de jirafas en toda África todavía no está claro.
Próximos pasos para la ayuda hacia las jirafas
Durante mucho tiempo, las cuestiones de conservación se han abordado desde una perspectiva ecológica, sin tener en cuenta las dimensiones humanas de la conservación. Con este fin, la importancia socioeconómica y cultural de las jirafas sigue estando poco comprendida y documentada.
Tenemos un post bastante curioso en nuestra web, sabias que el pergamino esta elaborado con piel animal?